¿Qué es belleza? Es aquello cuya
contemplación produce placer, exaltación de los sentidos. Penetrando
como por ósmosis, se establece entre nosotros y lo contemplado un
diálogo pleno, una identificación tal que nos induce cuanto menos al
deseo vehemente de su posesión.
Una de las muchas razones que a lo
largo de la historia han identificado, en nuestra cultura occidental una
cosa como bella, es la proporción: juzgamos bella una cosa bien
proporcionada; belleza y proporción se identifican.
A lo largo
del tiempo ha habido distintos ideales de proporción. Sin embargo, hay
uno que destaca y que ha sido especialmente valorado en todas las
épocas, y es el que se basa en la denominada por el fraile Luca Paccioli
di Borgo DIVINA PROPORCIÓN, así llamada, porque: “es una sola y no
más”, como Dios mismo. “Una misma proporción se encontrará siempre en
tres términos y nunca de más o de menos”, como la Santísima Trinidad.
“Es siempre la misma y siempre invariable y de ninguna manera puede
cambiar”:
Dios no puede cambiar. Leonardo de Vinci la definió como
sección áurea y posteriormente se habla de ella como proporción áurea,
sección dorada o número de oro, que es la que produce una armonía
lineal, un equilibrio en la desigualdad, más satisfactorio que el de
cualquier otra combinación.
Decía el alemán Zeysing en 1855 en
su Aestetische Forschungen, que esta ley de proporciones se cumple en
las proporciones del cuerpo humano, en las de las especies animales que
se distinguen por la elegancia de sus formas, en ciertos templos
griegos,
particularmente en el Partenón, en Botánica y hasta en la música.

La proporción aurea está presente en los mosqueros de seda de mosqueros martín, dividiendo dos zonas bien diferenciadas del mosquero.
Leonardo da Vinci, en su cuadro de la Gioconda (o Mona Lisa) utilizó
rectángulos áureos para plasmar el rostro de Mona Lisa. Se pueden
localizar muchos detalles de su rostro, empezando porque el mismo rostro
se encuadra en un rectángulo áureo.
Leonardo Da Vinci realizó este dibujo para ilustrar el libro De Divina
Proportione del matemático Luca Pacioli editado en 1509. En dicho libro
se describen cuales han de ser las proporciones de las construcciones
artísticas. En particular, Pacioli propone un hombre perfecto en el que
las relaciones entre las distintas partes de su cuerpo sean las del
dibujo. Resulta que la relación entre la altura del hombre y la
distancia desde el ombligo a la mano es el número áureo.
Los
ejes de los cuatro pilares de la torre EIFFEL forman un cuadrado de 100
metros, que seria el lado pequeño de un rectángulo áureo. Pues poniendo
dos rectángulos conseguimos la altura de esta torre.
100 x Φ x 2 ≈
323,61 metros que es la altura de la torre.
También se
encuentra en las diferentes partes de la torre, vea el dibujo donde el
espacio azul seria igual a uno y Phi seria el espacio azul más el
dorado.