La hermosa facultad de que un mosquero comience a bailar al compás que le marque el caballo se la debemos a Juan Martín, maestro guarnicionero que lleva más de 25 años al frente de "Mosqueros Martín" revisando todos y cada uno de los mosqueros que llevan su nombre, y que salen por la puerta del taller hacia la próxima cabezada dispuesto a balancearse de forma armoniosa al ritmo del caballo.

En esta foto, Juan está en una de las primeras fases de elaboración de un mosquero de seda beige-verde. Es un proceso bastante fatigoso para las manos, ya que requiere bastante fuerza para que los hilos y la seda no se desaten en ningún momento de la vida del mosquero.