Hace ya algún tiempo que nuestro amigo Raul nos envío una preciosa cola blanca grisácea, junto a unas crines de tonos dorados, de su caballo, para que "trasteáramos" con ella y ver que podíamos confeccionar.
Hoy, ese precioso pelo, vuelve, vuelve a casa, y vuelve transformado de vaqueras maneras: un mosquero, diez caireles, un juego de crineras y unas peinas....casi ná!
Espero que ese recuerdo te acompañe toda la vida, amigo.
¡Qué lo disfrutes!
Hoy, ese precioso pelo, vuelve, vuelve a casa, y vuelve transformado de vaqueras maneras: un mosquero, diez caireles, un juego de crineras y unas peinas....casi ná!
Espero que ese recuerdo te acompañe toda la vida, amigo.
¡Qué lo disfrutes!